
MARACAIBO, Venezuela (AP) — Erick Ojeda no tiene dinero. Regresó a tierra con las manos casi vacías después de una salida nocturna para pescar camarones. Su hermana y su recién nacido lo están esperando para que los recoja del hospital. No ha tenido suerte encontrando un transporte para llegar allí, por lo que sigue ayudando a los pescadores a saca…